Autor: Jesús Sánchez
Adalid
Género: Novela histórica
Edición: Círculo de
Lectores con licencia de Ediciones Planeta, Madrid S. A., 2012
Imagen de la
sobrecubierta: Winfried Bährle, a partir de unas imágenes de Aisa y
REDAV/Shutterstock
469 páginas
Empezado a leer el
24-V-2013
Acabado de leer el
17-VII-2013
Biobibliografía del autor
(la que aparece en la solapa de la obra).- Nació en Villanueva de la Serena,
provincia de Badajoz, en julio de 1962. Se licenció en Derecho por la
Universidad de Extremadura y realizó el doctorado en la Universidad Complutense
de Madrid. Ejerció como juez, pero posteriormente decidió estudiar Filosofía y
Teología, tras lo cual ingresó en el seminario y se convirtió en el párroco del
pueblo de Alage, en la diócesis de Mérida-Badajoz.
Es autor de varios
títulos:
* La fuente del Atenor,
finalista del premio Felipe Trigo
* Félix de Lusitania
* La sublime puerta
* El cautivo
* El caballero de
Alcántara
* La tierra sin mal
* El mozárabe
* La luz del oriente
* En compañía del sol
* El alma de la ciudad,
premio Fernando Lara de novela
* Los milagros del vino
* Galeón
Ha sido distinguido,
asimismo, con la Medalla de Extremadura y el premio Extremeños de Hoy. Ha
colaborado en Radio Nacional, en el diario Hoy y en las revistas National
Geographic Historia y Vida nueva.
Resumen de la obra (el que aparece en la sobre cubierta).- Mientras Córdoba sea la señora, Mérida no será
sino una esclava. Es el sentir que comienza a surgir entre algunos líderes
emeritenses, cansados de los tributos y el poderío que emanan de la capital del
imperio del emir Abderramán. Corren tiempos difíciles y no tardarán en soplar
vientos de guerra, en los que la inquieta Mérida deberá acudir a su cita con el
destino.
Opinión personal sobre
esta novela.- Aún siendo una novela histórica, es de las que te atrapa desde el
comienzo.
Narrada en tercera
persona, cuenta (en principio) las peripecias de una hermosa judía –Judit
al-Fatine, la Guapísima- casada con un musulmán viejo, feo y tullido del que
queda viuda y sin hijos; esto hace que la hermana del muerto sea la heredera de
todos los bienes, por lo que la esposa queda en la más completa inopia y debe
regresar a la casa de sus padres.
Este es, poco más o menos
el resumen del primer capítulo. El autor “engaña” a los lectores quienes
pensamos en “otra historia” y, damos por hecho, que la protagonista de la obra
será esta hermosa mujer y sus posibles problemas, devaneos amorosos, etc. (que,
de hecho, existen a lo largo de los capítulos; historias entremezcladas con otras
que son reales y otras que pudieron suceder).
En realidad la
protagonista de la historia es esa “Alcazaba”, ese –como cita la Real Academia-
“Recinto fortificado, dentro de una población murada, para refugio de la
guarnición”. La alcazaba era la perla de los gobernadores de la época. Todos
querían poseerla.
La obra nos da una visión
de la llamada “España de las tres culturas”, pero no esa España apacible que
nos han pintado, sino de una época convulsa, quizá por la circunstancias, quizá
por las grandes diferencias. El autor nos habla de una Mérida empobrecida por
las lluvias torrenciales que han terminado con las cosechas y, la falta de
grano, de pasto, hace que el ganado también se muera de hambre. Esto unido a
los grandes impuestos con los que el sultán de Córdoba los machaca, hace que
los ciudadanos de Mérida, en un primer momento, se unan contra el opresor
cordobés, se sienten protegidos tras sus murallas pero, al final, caen: la
desunión entre los habitantes, los diferentes modos de pensar, los motivos
personales, la ambición de muchos de ellos por llegar al poder, por ser quienes
gobiernen a la grandiosa Mérida, capital de la Lusitania romana, todo ello la
lleva a la destrucción.
Es una novela muy buena a
la que le pondré un “pero”: para mi gusto el autor la termina de una manera muy
brusca, es como si le hubieran dicho “No tienes más folios, hasta aquí puedes
escribir”. Alguna de las cosas que me faltaron las encontré en los “Apéndices”,
en las “Notas históricas” que aparecen al final de la obra.